España debe profundizar en las relaciones económicas bilaterales con Marruecos y apoyar a sus empresas para que exporten o inviertan en ese país, porque la amistad de antaño se ha tornado en una defensa pragmática de los intereses de cada país.
El inicio del año que marca el primer cuarto de siglo de este convulso siglo XXI es un buen momento para hacer un análisis retrospectivo de las relaciones económicas bilaterales entre España y Marruecos. Además de congratularse por los resultados y por la acción económica desarrollada por España en este periodo, conviene entender el contexto y no perder de vista los planes y la filosofía que subyace en la estrategia económica de nuestro vecino marroquí. Esto último será vital para seguir construyendo unas relaciones bilaterales sólidas, transparentes y mutuamente beneficiosas.
El Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación firmado en 1991 que entró en vigor en 1995, ofrece el marco para el desarrollo de las relaciones bilaterales en todos los ámbitos, incluido el económico. Este tratado prevé la celebración periódica de Reuniones de Alto Nivel (RAN) como instrumento para potenciar las relaciones bilaterales. A finales del siglo pasado se celebraron cinco RAN (1993, 1996, 1997, 1998 y 1999) tras las cuales se abrió un paréntesis hasta 2003. En esos años la política exterior española participa activamente y en ocasiones lidera iniciativas centradas en desarrollar la política europea en el Mediterráneo cuyo proyecto más ambicioso es el Proceso de Barcelona lanzado en 1995. Marruecos participa en el mismo y firma el Acuerdo de Asociación Euromediterránea en 1996, que entra en vigor en el año 2000. El acuerdo sienta las bases para el fomento de las relaciones económicas con Europa en las siguientes décadas y la integración económica con Marruecos.
En los primeros años del siglo XXI, las relaciones económicas entre España y Marruecos avanzaban pero eran claramente insuficientes. Los dos países habían desarrollado la primera línea de interconexión eléctrica entre dos continentes que entró en funcionamiento en 1997 y que permitía un intercambio inicial de 700 MW. Algunas multinacionales como Telefónica…
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Ana Isabel González Santamaría es doctora en Economía Aplicada y especialista en economías árabes.
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