Recordando a Ariel Camacho: ‘Su música y su legado siguen’

La carrera de Ariel Camacho fue efímera, pero su legado ha tocado e influenciado cada aspecto de la música regional mexicana de hoy. En 2013, el artista nacido en Sinaloa se hizo famoso como uno de los actos de música mexicana más prometedores de su generación. Con solo 20 años, Camacho redefinió y globalizó el sierreño, un estilo popular en las partes norteñas de México. Un talentoso intérprete de requinto, Camacho entregó himnos como “Te metiste”, “El karma” y “Hablemos”. Su manager fue Jaime González (padre de Christian Nodal), con quien trabajó de cerca durante casi tres años. El 25 de febrero de 2015, a los 22 años y al borde del estrellato, Camacho murió en un accidente automovilístico. El joven cantante no solo se convirtió en una leyenda, sino que inspiró a artistas como Natanael Cano, Jesús Ortiz Paz (Fuerza Regida), Nodal y Peso Pluma, por nombrar algunos, quienes le acreditan por forjar un camino para una nueva generación de artistas de música mexicana.

Relacionadas

Explorar

See latest videos, charts and news

See latest videos, charts and news

A continuación, González habló en exclusiva con Billboard sobre los humildes comienzos de Camacho, cómo soñaba con globalizarse y por qué el fallecido artista continúa alimentando el movimiento de la música regional mexicana.

Trending on Billboard

Para mí es un honor hablar de Ariel Camacho. Era mi bebé.  

Un amigo me contó de Ariel. Me dijo que era un chavo que cantaba en fiestas. Me pasó su contacto, lo llamé y le dije que iba a estar tal día en Los Mochis [Sinaloa] produciendo un disco. Llegó a verme y me dice, “Quiero que me escuches a ver si podemos hacer algo juntos”. Esto fue como en 2012.  

Pues lo escuché y se me pararon los pelos y allí empezó toda la historia. Era una persona de rancho, muy sencilla, humilde a más no poder. Me acuerdo que llegó en guaraches de esos tipo estilo Sinaloa, de correa, así clásicos, con su pantalón Levi’s, camiseta, una gorrita y con su requinto. Iba con dos chavos más, y ahí me cantaron un corrido y una canción y con eso tuve. Nunca me había pasado algo así, ahí había algo súper especial. Él confío en mí y yo confié en él. Lo firmé y fui su manager desde principio a fin. Yo le dije que la música campirana y sierreña se canta con sombrero y botas. Él quería andar así como en aquel tiempo andaban de moda los zapatos de Ferragamo y de saquito. Le pusimos el sombrero casi a fuerzas y luego ya no se la quería quitar.  

Ariel Camacho and Jaime Gonzáelz

Ariel Camacho y Jaime Gonzáelz

Courtesy of Jaime Gonzáelz

Ariel aprendió a tocar la guitarra porque su papá es músico. Su papá toca la guitarra y canta. Tenía un grupo en Sinaloa y se llevaba a Ariel desde chiquito a las tocadas. Cantó con el coro de la iglesia, y ahí se fue formando. Era un excelente intérprete, y tenía mucha frescura. Ariel amó la guitarra. Él se levantaba con la guitarra en la mano, y tenía un repertorio de canciones que te volvías loco.  

Con Ariel, innovamos la música sierreña al meterle tuba. De hecho, nos peleamos porque él quería meterle bajo o yo quería meterle tuba al sonido. “No, no me gusta la tuba”, me dijo Ariel. Yo le contesté, “Dame la oportunidad de que escuches el disco con tuba. Y ya después la quitamos si no te gusta”. Yo tenía un tubero en específico que visualicé para el proyecto Ariel Camacho y Los Plebes del Rancho. Este tubero, se llama Israel Meza, fue productor de todos los discos de Julio Preciado, trabajó con Joan Sebastian, es un salvaje para la tuba. Entonces yo lo contraté para la grabación. Ariel se preocupaba por el qué dirán y que si lo iban a criticar por meter tuba al sierreño. Grabamos todas las canciones del disco con guitarras, bajos, metimos las voces. Y en otra versión, metimos la tuba. Al final, el que decidió si era tuba o bajo fue un tamalero.   

Salimos al garaje a alegar el tema de que iba a ser con tuba o con bajo, y en eso, iba pasando en una bicicleta un tamalero vendiendo tamales y champurrado y escuchando música en su grabadorcita. Me acuerdo súper bien de eso. Le dije a Ariel, “¿Sabes qué? Ni tú ni yo va a decidir esto. Le vamos a comprar tamales al tamalero y le vamos a preguntar si sabe de música. Si sabe de música, entonces tampoco va a decidir él”. Nos dimos la mano. Entonces compramos tamales, y le preguntamos que si sabía de música. “A qué te refieres?”, me preguntó el tamalero. “O sea, que si sabes de notas, do, re, mi, fa, sol”, le contesté. “No sé nada de eso, pero me gusta la música, y sé qué canción está buena y qué canción no está buena”. 

¡Ah, perfecto!  

Dijo el Ariel, “Primero ponle la versión con bajo”. Y el Ariel así vendiéndola la historia. “¿Verdad que está bien perrona, compa?” Y luego le pusimos la versión con tuba. Cuando terminaron las dos versiones le preguntamos cuál le había gustado más. “No, pues la segunda, está más perrona con la tuba”, nos contestó. Ya quedamos, es con tuba. Le mando un saludo al tamalero, y darle las gracias por esa decisión tan acertada que tomó.

Empezamos a buscar a sus músicos para armar el grupo y luego comenzamos a grabar canciones. “El Rey de Corazones” fue de sus primeras y fue un hit. O sea, fue una carrera súper rápida, fugaz. Tenía un talento brutal y estaba plebito, muy joven. Fue de esos artistas que llegan al mundo y te conquistan. Canción que sacábamos, canción que pegaba. Yo nunca había trabajado tanto con un artista como con Ariel Camacho — fue tanta la demanda. Yo lo conocí a él y a los tres meses empezamos a trabajar a un ritmo exageradamente en México. Él tardó tiempo para asimilar lo que pasaba porque él no se la creía. Recuerdo que él soñaba mucho con ganar dinero para hacerle una casa a su mamá, una casa bonita, o comprarse su primer Cheyenne. 

Vivimos muchas anécdotas buenas y malas – desde no llenar un lugar hasta reventar un lugar. Hay muchos videos donde él sale llorando en sus conciertos en Tijuana, Nogales, Hermosillo, Los Ángeles, muchos lugares. Cuando terminaba, se bajaba del escenario y me daba un abrazo de desahogo, de emoción. Me daba las gracias y yo también a él por la oportunidad.  

Jaime Gonzáelz and Ariel Camacho

Jaime Gonzáelz y Ariel Camacho

Courtesy of Jaime Gonzáelz

Igual cuando ya empezó a ganar dinero y demás, fue él mismo, o sea, no cambió nunca. Era persona de familia, muy alegre, enamoradizo, muy bromista, súper bromista, de hecho. Fue un niño que salió del rancho con su guitarra en la espalda a buscar el sueño, y lo encontró. Creo que eso conecta con esta nueva generación, especialmente siendo muy joven como ellos. Ha sido un referente definitivamente para artistas como Peso Pluma, Natanael Cano, Fuerza Regida. Aparte el tema de la innovación, eso de meterle la tuba a la música campirana, no existía eso. Fue lo que animó a todos a hacer sus mezclas. Que si unos le meten el trombón, charchetas, etc. Motivó a los jóvenes a atreverse a empezar algo nuevo. Y todo lo que estamos escuchando ahorita con guitarra, tiene referencia a Ariel Camacho. 

Ariel fue una persona muy especial. Fue como un hijo más porque él durmió en mi casa, comió en mi casa, yo fui su productor, su manager, su psicólogo, y fui su amigo.  

Platicamos muchas cosas que quedaron inconclusas, que no pudimos llegarlas a lograr obviamente por su fallecimiento. No he sanado. Me cuesta mucho todavía procesar lo que pasó, tengo muchos sentimientos encontrados.  

Pero estoy agradecido por la oportunidad que me dio, y fue una experiencia muy bonita. Yo estoy seguro que si él estuviera vivo, estuviéramos ahorita en otro nivel, estuviéramos global, hubiéramos hecho mil cosas porque habían muchos planes. Él quería cantar con mariachi, conquistar todos los países, y me da un cierto coraje que se haya muerto antes de tiempo, pero bueno, Dios es el que manda. 

 Todos los años luctuosos hacemos un evento ahí en su en su tumba. Siempre ponemos un escenario, hacemos carne asada, birria, mariscos, ponemos cerveza. Casi siempre se junta muchísima gente, y llegan todos los artistas que quieran llegar. Ha ido Natanael a cantarle, han ido muchos artistas, y obviamente Los Plebes del Rancho, que siguen su legado. 

Ariel Camacho está muerto físicamente, pero él está vivo, su música y su legado siguen.  

Fuente: Noticia original

Sheinbaum Destaca Unidad de México en Apoyo a Migrantes y Ante Aranceles de EUA

Vox supedita su política internacional a Trump y Milei

Autopista México-Puebla hoy 23 de febrero EN VIVO Noticias y choques

Trump autoelogia su política de ultraderecha y va por más

Temblor HOY 23 de febrero EN VIVO | Noticias sismos en México

Así Cotiza el Precio del Dólar Hoy Domingo 23 de Febrero de 2025 en México y la Frontera Norte