México, ante el reto de alejarse más de China para espantar la guerra comercial con Trump

Durante los últimos días, los responsables económicos del gobierno mexicano han prodigado los contactos y los mensajes de calma y certidumbre hacia los inversores. Unas robustas reservas, varios créditos disponibles en los mercados internacionales e incluso una línea de financiación directa con el Tesoro de Estados Unidos. El peso se desplomó el domingo tras la inminente imposición de los aranceles por parte de Donald Trump y el Gobierno de Sheinbaum se arremangó aún más a primera hora de este lunes. Finalmente, la amenaza fue desactivada por el momento tras una llamada in extremis entre ambos mandatarios. La divisa ha recuperado a lo largo del día algo de terreno, pero el Gobierno mexicano no baja la guardia. Deberá trabajar a marchas forzadas para sacudirse del todo el amago arancelario, aplazado un mes. Si en materia de seguridad se prevén decomisos ejemplares de fentanilo, captura de narcotraficantes y una mayor vigilancia fronteriza; en lo comercial no es descartable que en las próximas semanas se anuncien nuevos aranceles a las importaciones chinas y una estrategia, codo a codo con el empresariado mexicano, para incentivar el comercio regional de Norteamérica, una línea ya prevista en el Plan México.

Están en juego los más de 466.000 millones de dólares en envíos a EE UU por año, que representan más de una tercera parte del PIB, y la permanencia de firmas estadounidenses en territorio mexicano. Además de comprometerse a enviar 10.000 agentes a la frontera norte para frenar la inmigración ilegal y el tráfico de drogas, el acuerdo incluye mesas de trabajo en seguridad, migración y comercio. “Se ponen en pausa los aranceles y eso da certidumbre al mercado, yo estoy segura de que estas reuniones de trabajo darán resultado”, declaró la mandataria este lunes en Palacio Nacional.

Gabriela Siller, directora de Análisis de Banco Base, celebra el aplazamiento de los aranceles contra México debido al fuerte impacto para la economía mexicana: una caída de exportaciones, freno de la inversión extranjera directa y un peso debilitado frente al dólar, pérdida de empleos y caída del Producto Interno Bruto (PIB). Sin embargo, advierte, la amenaza sigue latente, debido a que solo es una suspensión temporal. “La mala noticia es que el aplazamiento es por un mes, un tiempo muy corto para poder ver avances y creo que Trump va a traer a México así (bajo amagos) durante los siguientes dos años”, indica.

Adolfo Laborde, investigador del CIDE y experto en comercio internacional, señala que México tiene una segunda oportunidad para demostrar, vía la Secretaría de Economía, que hará una serie de esfuerzos para echar a andar el Plan México, así como para mantener esta narrativa de que México es parte de la cadena productiva de América del Norte. “La diplomacia arancelaria de Estados Unidos, implementada a través de las ráfagas de acciones ejecutivas del presidente Donald Trump, es una realidad con la que nuestro país tendrá que lidiar en los próximos años. La pausa de la entrada en vigor del 25% de aranceles ad valorem a los productos mexicanos marca un antes y un después en las relaciones económicas y comerciales de México. Estados Unidos ha transformado drásticamente los términos de intercambio con sus socios”, explica.

Laborde añade que el plan de Ejecutivo mexicano debe ir acompañado de resultados muy concretos, que convenzan a Trump de que México sí está logrando contener la migración y el tráfico de drogas, mientras que en el ámbito económico el país se verá obligado a acelerar la sustitución de importaciones asiáticas por contenido regional, así como establecer una mayor vigilancia en las aduanas sobre los productos provenientes de China. “Ganamos una batalla, pero no la guerra. El Gobierno deberá ser muy activo para incentivar a los empresarios para que busquen otros mercados de abastecimiento de manufacturas y bienes de capital más allá de la oferta asiática. De lo contrario, si no damos respuesta a las demandas políticas, migratorias y de seguridad de Estados Unidos, en un mes vamos a estar exactamente igual”, zanja.

Puertas adentro, desde finales de enero, el gabinete económico de Sheinbaum ha movido ficha con los principales empresarios de México para apuntalar una integración nacional y regional de proveeduría norteamericana. Además, este lunes, a primera hora y antes de conocerse el aplazamiento de la medida arancelaria, el secretario de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O, dio un mensaje de calma y fortaleza a los inversionistas. Aunque reconoció que la imposición de aranceles afectaría principalmente a los sectores automotriz y de electrónicos, descartó que México estuviera ante el peligro de una recesión económica, por el contrario, afirmó que el país cuenta con finanzas sólidas y líneas de crédito internacionales por más de 44.000 millones de dólares.

Ignacio Martínez Cortés, coordinador del Laboratorio de Análisis en Comercio, Economía y Negocios de la UNAM, argumenta que la andanada de aranceles previstos por Trump, independientemente de si entran en vigor en marzo próximo, deben obligar a México a cambiar su política exportadora para evitar la dependencia del mercado estadounidense. “México debe consolidar de manera inmediata relaciones con otros actores globales y, en el mediano plazo, debe abocarse a reorientar sus mercados internacionales y en desarrollar una nueva oferta exportable”, detalla.

Por lo pronto, el impasse arancelario ha vuelto encauzar el tipo de cambio. Si el domingo, el peso mexicano rebasó las 21 unidades por dólar, tras el nuevo acuerdo entre EE UU y México, la moneda cotizó en 20,40 unidades por dólar. “Vamos a tener un mes en el que las empresas van a intentar agilizar su producción y logística para exportar más y librar los aranceles, al menos en febrero. Esto implica que febrero será un buen mes de producción, servicios y empleos”, añade Martínez Cortés.

La suspensión temporal de aranceles es, de momento, un balón de oxígeno, una batalla ganada para México. No obstante, la presión sobre la economía mexicana seguirá mientras Trump mantenga en pie el uso de aranceles como moneda de cambio. El nuevo inquilino ha sido muy claro en la orden de aplazamiento dictada este lunes desde el Despacho Oval: “Si las crisis de migración ilegal y de drogas ilícitas empeoran, y si el Gobierno de México no toma medidas suficientes para aliviar estas crisis, el presidente de Estados Unidos tomará las medidas necesarias para abordar la situación, incluida la aplicación inmediata de los aranceles”.

Fuente: Noticia original

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