Beyoncé ha ganado el Grammy a mejor álbum del año por Cowboy Carter. La artista con más premios en la historia de los Grammy (32) y más nominaciones (99) nunca había conseguido hasta ahora la categoría más importante de los galardones de la industria musical de EEUU, una inexplicable anomalía que esta noche se ha reparado en la gala celebrada en Los Ángeles.
En la música hay una baja tolerancia a la frustración, pero ese nunca ha sido uno de los defectos de Beyoncé. Como buena texana, es resistente y testaruda y, tras cuatro derrotas en la categoría reina, esta noche se ha convertido en la primera artista negra en ganar el Grammy a mejor álbum en este siglo.
La cuestión racial es importante en Cowboy Carter (y en los Grammy, acusados en el pasado de racismo), un largo disco que intenta reinventar la música tradicional de EEUU y la cultura del país en general devolviendo más relevancia a las aportaciones de músicos negros que fueron minusvaloradas y eclipsados. Este ambicioso proyecto ha sido también recompensado con los premios a mejor álbum de country, algo insólito (como se pudo comprobar en su cara atónita al oír el anuncio), y mejor dúo de country por su canción II Most Wanted, junto a Miley Cyrus.
Los 13.000 votantes de la Academia de la Grabación han repartido el protagonismo en estos Grammy entre la satisfecha reina Beyoncé y el rapero Kendrick Lamar. Las grandes perdedoras han sido Taylor Swift y Billie Eilish, dos artistas predilectas de estos premios, que en esta 67ª edición no se han llevado ni un galardón.
Kendrick Lamar, cinco de cinco
Kendrick Lamarha ganado los cinco premios a los que optaba con su canción Not Like Us, su torpedo contra Drake en el que le acusa a él y a parte de su entorno literalmente como «pedófilos certificados». Considerada una de las mejores canciones de beef de la historia del rap y enorme éxito en EEUU, se ha llevado dos de los cuatro grandes premios de los Grammy, los de mejor grabación y mejor canción del año.
El rapero de Los Ángeles no ha citado a Drake en sus discursos y ha preferido concentrarse en recordar su ciudad y, sobre todo su barrio, Compton. Además, ha ganado los premios de mejor canción de rap, mejor grabación de rap y mejor vídeo musical. «No hay nada más poderoso que el rap«, ha dicho tras recordar a decenas de raperos de la costa Oeste y de dedicar también uno de sus premios a Jay-Z, marido de Beyoncé. El ganador del Pulitzer en la categoría de música de 2018 ya estaba considerado antes de la gala el mejor rapero de este siglo y uno de los mejores de la historia: el triunfo atronador de esta noche es el reconocimiento de la industria musical, tradicionalmente tan conservadora.
Sabrina Carpenter, nueva reina del pop
Sabrina Carpenter ha dominado los premios de pop, donde tenía como rivales a las grandes estrellas del género de los últimos años: Taylor Swift, Billie Eilish, Ariana Grande… Fue actriz y cantante de Disney en la adolescencia, representa el refinado más actual del producto de pop archiperfecto (tiktokero, pícaro y terriblemente pegajoso), ha arrasado en viralidad en todas las plataformas imaginables de escucha y de vídeos instantáneos, ha modelado su imagen como la de una barbie que se disputan las marcas para patrocinios y anuncios, y esta noche la industria la ha reconocido como la nueva reina del pop: mejor disco de pop por Short n’ Sweet y mejor grabación solista de pop por la inevitableEspresso, que ha arrastrado otros dos premios, los de mejor remix (el que hizo Mark Ronson con FNZ) y compositor del año (para Amy Allen).
La pequeña y dulce Carpenter (1,52 de azucarada estatura) también estaba nominada como mejor nueva artista, pese a que Short n’ Sweet es su sexto álbum. Ha ganado sin embargo la gran favorita en la categoría, la estupenda Chappell Roan. La excéntrica cantante y compositora ha modernizado el glam en The Rise and Fall of a Midwest Princess, un disco que ha ido creciendo poco a poco en relevancia gracias a su pop divertido y horterilla (sería el voto seguro de Elton John). Su mano derecha en este éxito, Dan Nigro, fue premiado también como mejor productor del año.
Por cierto, Sabrina Carpenter y Chappell Roan estarán en el próximo festival Primavera Sound, que se celebra entre el 4 y el 8 de junio en Barcelona.
Shakira, con los inmigrantes
En las categorías de música latina, la protagonista fue Shakira, que tuvo actuación en la gala y se llevó el galardón a mejor álbum latino por Las mujeres no lloran. Sin mencionar a Donald Trump, la estrella colombiana ha dedicado el premio a sus «hermanos y hermanas inmigrantes» en EEUU: «Sois queridos, merecéis la pena y siempre lucharé con vosotros». Acompañada por sus hijos Milán y Sasha, también ha tenido un recuerdo para ellos y para las mujeres, que dan título a su disco: «A todas las mujeres que trabajan duro para mantener a su familia, vosotras sois las verdaderas heroínas», ha dicho junto a Jennifer López, que le ha entregado el premio.
En música latina, Residente ganó a Bad Bunny el premio a mejor álbum de música urbana y Nathy Peluso perdió frente a Rawayana en el mejor álbum latino de música alternativa o rock.
Los Beatles y los Rolling Stones
En la categoría de rock se ha producido un viaje alucinante en el tiempo que define perfectamente lo conservadores que pueden ser los votantes de la Academia de la Grabación: el mejor disco de rock ha sido para los Rolling Stones (Hackney Diamonds) y la mejor grabación del año ha sido para los Beatles (Now and Then).
St. Vincent, el alias de la muy estupenda y dotada Annie Clark, ha dominado en las categorías alternativas: ha ganado los premios de álbum y grabación, además de la mejor canción de rock.
La inglesa Charli xcx, consagrada por la propia prensa de EEUU como autora del mejor disco de 2024 en sus listas de final de año (el fabuloso Brat), había llegado con seis nominaciones, de las que se ha llevado dos en categorías de dance: mejor álbum y mejor grabación (por Von Dutch).
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