Si alguna vez te has sorprendido caminando más rápido al compás de una canción animada, no es casualidad. Los estudios han demostrado que el ritmo de la música influye directamente en nuestro movimiento y esfuerzo. Hace más de un siglo, comenta Yolanda Moreno, se publicó una investigación, The influence of music on speed in the six day bicycle race (1911) que mostró que los ciclistas iban un 8,5% cuando tocaba la banda de música. Desde entonces, numerosas investigaciones han confirmado que la música mejora el rendimiento en diversas actividades físicas, influyendo positivamente en la velocidad, resistencia, fuerza y coordinación. «El ritmo de trabajo se adapta a la música que escuchamos«, explica la colaboradora de Petit Bambou. Además, añade, cuando nuestros movimientos se sincronizan con la música, se ha observado que el consumo energético es más eficiente, lo que nos permite rendir mejor y por más tiempo.
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