Un Completo Desconocido («A Complete Unknown») que no es tal: a Bob Dylan, cuyo nombre real es Robert Allen Zimmerman, un excepcional cantautor estadounidense de los ´60, le está dedicado este biotopic que llevó a la pantalla grande James Mangold y que el actor Timothée Chalamet interpreta tan fielmente que está candidateado a los Oscar´s.
Méritos no escatimó para encarnar al ícono musical. Tan imbuido estuvo del personaje que hasta tomó clases de guitarra y canto durante cinco años y no se amilanó en aplicar su propia y extraña voz en el filme.
La interpretación que hizo es tan matizada como cautivadora y, aunque por momentos la imitación decae, sobre todo cuando canta, no desentona.
Chalamet logró capturar no solo el espíritu rebelde del joven cantante, sino también su vulnerabilidad y genio creativo.
Un aspecto exótico del cantautor había sido que, en 2016, la Academia Sueca le otorgó el Premio Nobel de Literatura: fue el primero en su género en recibir este galardón.
No fue por haber escrito un libro, sino por crear nuevas expresiones poéticas dentro de la tradición de la canción americana.
Una de ellas encajaría en el Día de San Valentín: «Amor es una palabra que se ha usado en exceso. El amor es arriesgar tu vida por alguien. Pero no sabés de qué se trata hasta ese momento. Cuando alguien está dispuesto a morir por vos, eso es amor», recitaba en las Crónicas, que junto a Tarántula han sido sus dos expresiones literarias.
Fiel a su estilo, se excusó por no poder asistir a la ceremonia de entrega de los Nóbel debido a “compromisos previos”.
El primero en nominarlo para el Premio Nobel de Literatura en 1996 fue Gordon Ball, promoción de 1966, y repitió tenazmente su petición más de una docena de veces en los años siguientes.
El comienzo de una leyenda
El joven de Minnesota había arribado al corazón del Greenwich Village, en 1961, para convertirse en leyenda.
El guión del biotopic aborda su ascenso a la fama y el abandono de la música folk para forjarse su propia identidad con el rock and roll, a la vez que profundiza en su carácter y en las personas que dieron forma a sus primeros años de vida y carrera.
En comparación con Elvis de Baz Luhrmann, que salta de puntos importantes en la vida del artista con toda la amplitud e importancia de un TikTok, Mangold brinda realmente tiempo para respirar en la época y el lugar en que Dylan irrumpió.
A Complete Unknown no aspira a que Dylan sea su gallina de los huevos de oro, papel en todo caso reservado a la Sylvie Russo de Elle Fanning, que en muchos momentos parece el corazón de la película.
Si bien en ningún momento abre la boca para cantar, ni es tan clarividente como la Joan Baez de Monica Barbaro, se siente a menudo como punto de vista del espectador a lo largo de la película.
Es testigo del ascenso de Dylan, que pasa de cantar en viejas iglesias a agotar las entradas de los festivales, y la sensación cada vez mayor de que se está haciendo demasiado grande para ella se siente como si llevara la emoción durante gran parte de la primera mitad de la película.
El mentor
Edward Norton también es una fuerte constante a lo largo de la película como Pete Seeger, alguien que comienza la historia como mentor de Dylan, pero que también se siente superado por él hacia el final.
Seeger es una gran comparación a tener en cuenta mientras se observa el ascenso de Dylan, que marca el ritmo de la película muy bien.
En cierto modo, A Complete Unknown se parece mucho a otro biopic de Mangold sobre Johnny Cash, Walk the Line, de 2005, y como está repleta de algunos éxitos clásicos de Dylan, así como de muchas otras canciones que hacen mover los pies en el cine, le da un toque agradable.
Por ser un biopic, durante la primera mitad la trama parece flotar a través de un fragmento de la vida de Bob Dylan.
Pero el resultado final es una película bien dirigida y fantásticamente interpretada que se sostendría por sí sola, si no fuera que el personaje central es nada menos que Bob Dylan.
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