«Lo cotidiano se convierte en extraordinario y revela la profunda belleza de la sencillez». Es el logro de la sensible, innovadora y múltiple mirada de Irving Penn (1917-2009) según Marta Ortega Pérez, presidenta de Fundación MOP, que ofrece en su espacio del coruñés Muelle de Batería la excepcional muestra ‘Irving Penn: Centennial’. Es la más completa presentada en España de este maestro de las líneas puras y la exquisitez que elevó la fotografía a la categoría de arte alternado su rompedora labor en el mundo de la moda con los retratos de celebridades, de gente corriente o naturalezas muertas.
Organizada por el Metropolitan Museum of Art de Nueva York (Met) y la Fundación Irving Penn, reúne más de 160 fotografías desde finales de los años 30 hasta la primera década del siglo XXI. En cartel hasta mayo de 2025, recorre todas las etapas de la dinámica, prolífica y larga carrera de Penn, que como colaborador de la revista Vogue durante siete décadas disfrutó de una posición privilegiada para registrar la historia cultural del siglo XX.
Jeff L. Rosenheim, a cargo del área de fotografía del Met, es el comisario de una muestra que repasa la obra de uno de los fotógrafos más influyentes de su tiempo, capaz de hallar la belleza en un colilla, en un sofisticado diseño de Balenciaga, el rostro de una celebridad o en el de obreros, pescadores, comerciantes, vendedores ambulantes o nativos africanos.
Te puede interesar
Famoso por su meticulosidad, su minimalismo y sus osadía formal, para Penn «una buena fotografía es la que cuenta algo, toca el corazón y cambia al espectador». Hablaba de sus cámaras como de «sus Stradivarius» y con ellas creaba en el estudio y con luz natural sus conmovedoras instantáneas con la minuciosidad del cirujano con el bisturí o pintor ante el lienzo, otorgando mismo estatus al ser humano y al objetos más humilde.
Abordó la fotografía como arte mucho antes de que se reconociera como tal y combinó su genio para la composición con un asombroso talento para observar el comportamiento humano. «Dotó a sus imágenes de atemporalidad y profundidad narrativa, ya fuera captando la mirada cansada de los trabajadores, la belleza de las modelos o la emoción de unas flores marchitas», apuntan los organizadores. «Su obra se caracteriza por una búsqueda incesante de la perfección y un gusto infalible por el detalle», agregan.
Dueño de una versátil y empática mirada, alternó los retratos de grandes figuras de la cultura y el espectáculo con desnudos abstractos, escenas callejeras y naturalezas muertas con la foto de moda que revolucionó retratando a sus modelos sobre fondos neutros para resaltar los tejidos, los diseños, los gestos y la expresión. Redefinió el género con parámetros de excelencia artística y técnica desconocidos.
Hondura psicológica
Apreciado por sus retratos de inusual hondura psicológica, Penn fotografió a astros del cine como Marlene Dietrich, Audrey Hepburn o Alfred Hitchcock, escritores como Colette, Truman Capote y Joan Didion, pintores como Giorgio de Chirico, Pablo Picasso o Salvador Dalí, genios de la moda como Gianni Versace, Issey Miyake o Yves Saint Laurent, arquitectos como Zaha Hadid y colegas como Richard Avedon. Produjo 165 portadas para Vogue, más que ningún otro fotógrafo de la legendaria revista. La última la protagonizó Nicole Kidman en 2004.
Con doce apartados, la exposición incluye un elemento muy especial, el telón original que Penn utilizó como fondo neutro en su estudio desde 1950, tanto para su trabajo de moda como para sus retratos. Es un ajado continón de un teatro parisino que el fotógrafo neoyoquino llevó de un estudio a otro durante medio siglo. La tela manchada y deshilachada sería un elemento distintivo de muchas de sus fotos más célebres.
«Su trabajo consiste en algo más que capturar momentos; capta la esencia de sus sujetos y nos invita a ver el mundo de otra manera. Su perdurable legado reside en la capacidad de sus fotografías para estimular nuestra imaginación cada vez que las vemos«, resume Marta Ortega, creadora de la fundación que lleva su nombre e hija de Amancio Ortega, el fundador del imperio Inditex.
Te puede interesar
Esta es la cuarta de las notables exposiciones de la Fundación MOP, cuya primera muestra, ‘Untold Stories’ (2021), dedicada a Peter Lindbergh, atrajo a más de 100.000 visitantes. La segunda, dedicada a Steven Meisel, -‘1993 A Year in Photographs’ (2022)– y la tercera con Helmut Newton como protagonista, -‘Fact&Fiction’, (2023)-, recibieron más de 130.000 visitas cada una.
De dibujar con el lápiz a pintar bodegones con la cámara
Nacido en Plainfield, Nueva Jersey, el 16 de junio de 1917, hijo de un relojero emigrado de Rusia, Irving Penn estudió diseño en la Escuela de Artes del Museo de Filadelfia, donde se mudó con su familia. Se interesó pronto por la fotografía que alternó con la pintura. Quería ser diseñador gráfico. Uno de sus profesores fue Alexey Brodovitch, el célebre director de arte de Harper’s Bazaar que llevó a Estados Unidos los preceptos de la Bauhaus, el dadaísmo y el constructivismo, ideas que volcó en sus diseños. Tras licenciarse en 1938, Penn trabajó a las órdenes de Brodovitch como ilustrador ‘freelance’ y compró su primera cámara con lo que ganó con sus dibujos para Harper´s Bazaar,
Cuando en 1940 los lujosos almacenes Saks de la Quinta Avenida de Nueva York contrataron a Brodovitch como director de arte, se llevó consigo a Penn. Allí estuvo un año, antes de marcharse a México para dedicarse a la pintura. Penn regresó a Nueva York en 1943 y lo captó Alexander Liberman, recién nombrado director de arte de Vogue. Liberman pidió a Penn que tomara una imagen de moda para el número de octubre de aquel año y compuso un bodegón con un bolso, unos guantes, una tela gris, una lámina con cítricos y una nota al fondo anunciando los contenidos del número: «Nuevos accesorios».
Te puede interesar
Fue su primera portada para Vogue y la catapulta de su carrera como fotógafo. Después vendrían otras 165. En 1953 fundó su propio estudio creativo pero fue colaborador fiel de Vogue durante toda su vida.
En los años 60 viajó con un estudio portátil a Camerún, Marruecos o Nueva Guinea y se le criticó por retratar a los nativos como si fueran modelos de Manhattan, sin fondo, descontextualizado y en imágenes ‘sin conciencia social’. Hoy esas instantáneas están los mejores museos del mundo,
Casado desde 190 con la modelo Lisa Fonssagrives, con quien estuvo hasta que ella falleció en 1992, Penn murió en 2009 en su casa de Manhattan, a los 92 años.
Fuente: Noticia original