Filipinas bajo la sombra de las grandes potencias

El debate sobre cómo gestionar las crecientes tensiones entre Estados Unidos y China ha contribuido a la agitación política interna en Filipinas. La relación entre el presidente Ferdinand Marcos Jr. y la vicepresidenta Sara Duterte a lo largo de 2024 ha estado marcada por la hostilidad.

Jenny Balboa

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24 de enero de 2025

Las elecciones presidenciales de Estados Unidos fueron uno de los acontecimientos más trascendentales de 2024, tanto para EEUU como para el mundo entero. El regreso de Donald Trump a la presidencia proyecta una larga sombra sobre aliados como Filipinas, que hasta ahora ha contado con el apoyo de EEUU frente a los esfuerzos de Pekín por cambiar el statu quo en el Asia-Pacífico.

Si Estados Unidos se vuelve más aislacionista, como es la preferencia de política exterior de Trump, Filipinas podría enfrentarse a una crisis de seguridad, incapaz de defender su territorio contra las acciones agresivas de China.

La peor opción para Filipinas en un futuro trumpiano es volver a la postura de apaciguamiento con China de la era de Rodrigo Duterte, una política exterior que pone en peligro la integridad territorial de Filipinas y aumenta la probabilidad de una toma o bloqueo chino del Mar de China Meridional. Esto podría tener implicaciones debilitantes para Filipinas y crear una situación políticamente desastrosa para el presidente Ferdinand Marcos Jr.

Desde que China comenzó a reclamar su línea de nueve trazos en el Mar de China Meridional en 2009, Filipinas ha estado a la vanguardia de la competencia entre superpotencias en la región cuando el expresidente Benigno Aquino Jr. rechazó las incursiones territoriales de Pekín. Mientras Duterte buscaba estrechar lazos con China, Marcos Jr. desafió las expectativas de que continuaría la política de apaciguamiento de China de su predecesor Duterte cuando buscó un giro estratégico hacia Washington.

Reconociendo el papel indispensable de Filipinas en la región, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, inició una cooperación trilateral con Estados Unidos, Japón y Filipinas para contrarrestar la amenaza china. Pero existe la preocupación de que la administración entrante de Trump pueda renegar de este compromiso. Filipinas espera seguir contando con el apoyo de Estados Unidos para defender sus intereses en el mar de la China Meridional, así como para cumplir con la asociación trilateral, un importante salvavidas para Filipinas a la hora de asegurar su territorio e impulsar la tan necesaria recuperación económica.

El nombramiento por parte de Trump del senador de Florida Marco Rubio como secretario de Estado de EEUU disipó los temores de un posible abandono de Filipinas por parte de Washington. Rubio es uno de los candidatos menos controvertidos del gabinete de Trump y es un halcón de buena fe en lo que respecta a China. Su trayectoria incluye una posición consistentemente filipina en el Mar de China Meridional, que demostró al redactar la Ley de Asociación EEUU-Filipinas de 2024 para fortalecer los lazos de seguridad entre Washington y Manila. Bajo la supervisión de Rubio, los lazos de defensa y seguridad entre Estados Unidos y Filipinas podrían fortalecerse.

En resumen, el futuro de la asociación estratégica entre Estados Unidos y Filipinas podría reducirse potencialmente a cuánto escucha Trump a Rubio sobre la política exterior estadounidense en el Indo-Pacífico.

En el frente interno de Filipinas, la rivalidad entre Marcos Jr. y Duterte se cruza con la rivalidad entre Estados Unidos y China, lo que da lugar a importantes desavenencias entre los dos grupos políticos en materia de política exterior, estrategia de defensa y seguridad, y políticas comerciales y de inversión. El deterioro de las relaciones entre Marcos Jr. y Duterte no es casual, sino que refleja la lucha más profunda que emana de la competencia entre las superpotencias Estados Unidos y China.

Bajo la sombra de la competencia entre grandes potencias, en 2024 la disputa entre los bandos de Marcos y Duterte se convirtió en una guerra abierta. La alianza electoral UniTeam de las dos dinastías políticas más poderosas se ha derrumbado, y la lucha política ha ido escalando hasta el punto de que la vicepresidenta filipina Sara Duterte amenazó con contratar a un asesino para matar al presidente Marcos Jr.

Sara Duterte se enfrenta ahora a varias denuncias de destitución, que Marcos Jr. ha restado importancia. Se trata de una maniobra astuta, ya que será difícil destituir a Sara con éxito debido al número de partidarios de Duterte en el Senado. El año 2025 será crucial para Marcos Jr. La forma en que maneje la interacción de la política nacional e internacional repercutirá tanto en el futuro del país como en su propio destino político.

Las próximas elecciones de mediados de mandato en mayo de 2025 serán un referéndum sobre la influencia de Marcos Jr. en la política filipina, así como un anticipo de la viabilidad de Sara Duterte como candidata presidencial en 2028. Según la encuesta de diciembre de 2024 de Social Weather Stations, los candidatos al Senado respaldados por Marcos Jr. están obteniendo buenos resultados. Pero la confianza pública en Marcos Jr. ha disminuido en las encuestas trimestrales de 2024 debido a la exasperación de los votantes con la inflación, la corrupción y la mala gobernanza. Dado el desprecio de la familia Duterte hacia Marcos Jr., un regreso de la familia Duterte al poder sería una pesadilla política para el actual presidente.

Mientras tanto, la habilidad diplomática de Marcos Jr. para defender el interés nacional filipino se pondrá a prueba bajo el estilo poco ortodoxo y transaccional de Trump. Ya no puede contar con la idea de que la amistad entre Estados Unidos y Filipinas es especial y tiene raíces históricas. Es probable que Marcos Jr. se vea obligado a pensar más en términos transaccionales y a trabajar en un nuevo acuerdo con el gobierno de Trump que demuestre cómo Estados Unidos, y el propio Trump, pueden beneficiarse del apoyo a Filipinas.

Hasta ahora, Marcos Jr. parece confiar en que puede establecer una relación productiva con Trump. Si logra ganarse la aprobación de Trump para que EEUU siga apoyando a Filipinas, Marcos Jr. estará en camino de sobrevivir a las presiones nacionales e internacionales.

Artículo traducido del inglés de la web de East Asia Forum (EAF).

Fuente: Noticia original

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