En América Latina y el Caribe, varias disputas territoriales siguen activas, reflejando conflictos históricos y estratégicos en la región. Entre ellas, la pugna entre Venezuela y Guyana por el Esequibo ha tomado mayor relevancia en los últimos meses. Sin embargo, no es la única: disputas entre Guatemala y Belice, Haití y República Dominicana, y Colombia y Nicaragua también persisten. Estas tensiones afectan tanto la política regional como las relaciones internacionales de los países involucrados.
Lo que sucedió
Según Bloomberg Línea, las disputas territoriales en América Latina y el Caribe siguen sin resolverse, con el caso del Esequibo como una de las más recientes y tensas. Venezuela reclama esta región de 160.000 km² administrada por Guyana, intensificando sus acciones en 2023 con un referéndum promovido por el gobierno de Nicolás Maduro. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) intervino para evitar que Venezuela tomara medidas unilaterales, pero el conflicto sigue latente.
En Centroamérica, Guatemala mantiene su reclamo sobre Belice, argumentando que el territorio le pertenece desde la época colonial. Aunque ambos países acordaron llevar el caso ante la CIJ en 2018, la disputa aún no se ha resuelto. En el Caribe, Haití y República Dominicana han protagonizado tensiones por la construcción de un canal en el río Masacre, lo que llevó al gobierno dominicano a cerrar la frontera en septiembre de 2023.
Otro conflicto relevante es el que mantienen Colombia y Nicaragua en el mar Caribe. La CIJ ha emitido varios fallos, favoreciendo en algunos aspectos a cada país, pero la disputa no ha terminado. Mientras tanto, Argentina continúa reclamando las Islas Malvinas, bajo control británico desde 1833, manteniendo el tema como una prioridad en su política exterior.
Estas disputas reflejan la compleja historia de la región y la dificultad de alcanzar soluciones definitivas. A pesar de la mediación internacional, muchos de estos conflictos siguen abiertos y afectan la estabilidad y las relaciones diplomáticas en América Latina y el Caribe.
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Por qué es importante
En el contexto de estas disputas territoriales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha puesto sobre la mesa otro tema geopolítico clave: el Canal de Panamá. Durante un evento de campaña, Trump sugirió que Estados Unidos debería recuperar el control del canal, insinuando que su administración actual podría representar un riesgo para los intereses estadounidenses.
El Canal de Panamá fue gestionado por Estados Unidos hasta 1999, cuando pasó a manos de Panamá en cumplimiento de los tratados Torrijos-Carter. Desde entonces, ha sido administrado por la Autoridad del Canal de Panamá, con una gestión que ha permitido su ampliación y modernización. Sin embargo, Trump ha expresado preocupaciones sobre la creciente presencia de China en la región y su posible influencia sobre la vía interoceánica.
El gobierno panameño ha reafirmado su soberanía sobre el canal y ha descartado cualquier posibilidad de que Estados Unidos retome su control. Sin embargo, las declaraciones de Trump reflejan la importancia estratégica del canal en la geopolítica global, especialmente en un contexto donde el comercio internacional y las relaciones entre potencias como Estados Unidos y China están en constante evolución.
Foto cortesía de Pixabay
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