Chipperfield, operación camuflaje: va más allá de la torre del puerto de Málaga para vender su sostenibilidad


David Chipperfield llegó a Málaga con tres meses para hacer un proyecto nuevo para la torre que vendría a cambiar el skyline de la ciudad y un saco de lecciones aprendidas por parte de los promotores. Con lo ya vivido, trajo una suerte de cambios para ir solventando algunos de los peros que se le habían puesto hasta ahora al proyecto. El premio Pritzker (una suerte de Nobel de la arquitectura) británico empezó su operación camuflaje yendo más allá de la torre, sino evitándola, en la presentación de lo que llamaron «líneas maestras» de su proyecto.


El mismo se centró en la parte horizontal del proyecto, a la vez que elevaba la torre a los 144 metros de altura. El británico, acompañado del CEO de Hesperia, Jordi Ferrer –que encabeza a los promotores del proyecto, junto a Al Alfia, un fondo de inversión relacionado con la familia real catarí–, llenaron sus discursos de sostenibilidad y subrayaron la importancia que tiene para ellos convertir un «espacio industrial» en uno para la ciudad. En el fondo, se puede entender el camino que han trazado para justificar el interés general de la torre una vez lleguen a Consejo de Ministros, donde es parte esencial para que decidan levantar el veto al uso hotelero en el Puerto.




«La visión de Chipperfield busca conectar el Dique de Levante al resto de espacio spúblicos de Málaga», señala la nota de presa que porporcionaron ese día, «mediante una secuencia de jardines que acompañen al peatón a lo largo del dique». Llaman a este nuevo espacio, «bulevar marítimo» y aseguran que arranca en la playa de la Malaguera y el Muelle Uno y culmina en una «colección de jardines de carácter y atmósferas diferenciadas».



La propuesta es básicamente, la urbanización del espacio entre el dique y la Farola. Algo más de 900 metros que no estaban incluidos en el trámite de concurrencia al que se presentó Andalusian Hospitality II (como se llama la empresa que engloba a Hesperia y Al Alfia). Tampoco ha estado dentro de ninguno de los dos proyectos anteriores firmados por el arquitecto José Seguí. En uno de ellos la torre subía hasta los 132 metros y, en el segundo, se rebajó hasta los 116 metros.


Una vez aprobado el Plan Especial del Puerto, aumentan hasta los 144 metros la torre, pero Chipperfield presenta, sobre todo, la urbanización del espacio al margen del edificio. Lo que sí debían incluir, según el trámite de concurrencia, es una propuesta para reorganizar tanto los autobuses como la parada de taxis, sin que se pierda plaza alguna. Nada se sabe de este punto y habrá que esperar al 6 de marzo para conocer esos precisos.



Sin embargo, la nota de prensa es prolija en detalles acerca de las intervenciones paisajísticas propuesta spor Chipperfield y que, incluso, en una de las tres infografías proporcionadas por los promotores, tapan y encapsulan la torre de 144 metros, de la que no se aprecia siquiera su diseño final, más allá de su forma cuadrangular.


Carlos Rubio, presidente de la autoridad Portuaria, explica que estas propuestas son «mejoras sobre las propuestas inciales» y que los distintos estudios de impacto ambiental «obligan» a incorporar una serie de mejoras en materia de «neutralidad climática e integración urbana». Por esto mismo «no es infrecuente«, asegura, que un concesionario incluya en su proyecto medidas «complementarias o compensatorias en zonas ajenas a la propia concesión» y pone de ejemplo el entorno del Pompidou y el Muelle Uno o el del Palmeral de las Sorpresas.


En este sentido, apunta que estas medidas, en su opinión no son «sólo factibles«, sino «obligatorias si quieren que proyecto prospere». Y recuerda que lo presentado la semana pasada es sólo una presentación «muy preliminar» y que en marzo –la fecha límite e improrrogable para presentarlo es el 6 del mes que viene– «veremos una propuesta mucho más avanzada«.


En esa propuesta más avanzada se esperan, también, otros muchos detalles, sobre todo los que se refieren al tema económico, del que no llegaron más lejos de que superará ampliamente los 120 millones de euros de inversión, sin precisar cuánto era esto. También queda por conocer otro de los detalles clave del futuro hotel, que no es otro que la empresa que acabará gestionando un «cinco estrellas gran lujo«. Esta, en palabras de Ferrer, debe ser una gran cadena internacional para atraer a los mercados americano y asiático. Málaga Hoy pudo conocer que se negocia para esto con Grand Hyatt. Mientras se conocen todos estos detalles, la operación camuflaje se centra en el proyecto para urbanizar el paseo hasta la Farola que, hasta ahora, no había formado parte del mismo.

Fuente: Noticia original

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