Armando Reséndiz peleará contra Caleb Plant por título mundial AMB

En medio de los reflectores de una de las carteleras más esperadas del año, el mexicano Armando Reséndiz se prepara para el reto más grande de su carrera: enfrentar al ex campeón mundial Caleb Plant por el título interino supermediano de la AMB. Pero más allá del cuadrilátero, Reséndiz carga con una historia entrañable, de familia, fe, sacrificios y sueños nacidos en las montañas de Nayarit.

«Estamos muy contentos por esta gran oportunidad. Es una cartelera muy grande. Me siento motivado y bendecido», dice Armando con una sonrisa que lo devuelve a su infancia.

De los guantes de juguete al sueño profesional

Su amor por el boxeo nació en casa, cuando un medio hermano mayor, que vivía en Estados Unidos, regresó de visita. Juntos compraron unos guantes y comenzaron a boxear por diversión. «Cuando me ponía los guantes con mis primos o amigos, me iba bien. Y ahí fue cuando pensé: ‘no soy tan malo en esto‘», recuerda entre risas.

Ese impulso familiar sembró una semilla que creció con fuerza. Hoy, mientras se alista para subir al ring frente a un rival temido, Armando no olvida a su gente ni sus raíces. «Mi hermano menor está acá conmigo en el campamento. También boxea. Lo trajimos porque clasificó a nivel nacional. Estamos luchando los dos».

La familia, el motor de todo

Reséndiz habla con orgullo de sus padres, sus hermanos y de una familia extendida entre México y Estados Unidos. Al preguntarle si la situación migratoria actual le preocupa, responde con honestidad. «No hemos platicado mucho sobre eso. Casi siempre es la emoción de saber que pronto nos vamos a ver otra vez«. Su enfoque está en el reencuentro, en las raíces que no se sueltan.

Un equipo que vale oro

Para Reséndiz, el éxito no se construye solo. Su equipo es una familia elegida. «Mi entrenador principal es Manny Robles. También están Edgar Jasso, Manny Robles Jr., Matías Servín como preparador físico, Mónica Vera como nutrióloga, Carlos Pedroso como psicólogo y Sarita Muñoz en fisioterapia. Hasta mi papá está aquí ayudando con la cocina. Todos son parte de esto», detalla con gratitud.

La fe, su arma secreta

Apegado a su espiritualidad, Armando encuentra en la oración la fortaleza para afrontar los momentos más duros. «Siempre antes de una pelea le pido a Dios por mí y por mi rival. Que ambos salgamos con salud. Sé que no me dejan solo y eso me da mucha fuerza», dice. Su fe no es circunstancial, es un principio heredado. «Mis padres y mis abuelos me enseñaron a creer. Y todo lo que me dijeron, lo he visto cumplirse».

«Sigue soñando, campeón»

Cuando se le pregunta qué le diría al pequeño Armando que salía de la escuela con la mochila al hombro en Nayarit, no duda.

«Le diría: ‘¡Oye campeón, eso que estás pensando… sigue luchando por ello. Lo vas a lograr. Ten fe en Dios!'».

Su voz se quiebra al mencionar a su madre. «Mi mamá me ha dado tantos consejos que se quedaron conmigo para siempre. Es mi psicóloga, mi guía, mi mejor amiga». Y en esa misma línea de afecto y gratitud, sueña con formar su propia familia y retribuir todo lo que le han dado.

Un rival duro, pero no invencible

Sobre Caleb Plant, su rival del 31 de mayo, Reséndiz no se intimida. «Él es el que tiene la presión. Nosotros venimos muy bien preparados. Vamos por todo esa noche. Sea su mejor o peor versión, vamos a estar listos».

Y cuando se le pregunta cómo visualiza ese combate, responde con la misma fe que lo ha traído hasta aquí:

—“Sueño con ganar esa pelea y regresar a Nayarit con el triunfo. No sólo para mi estado, sino para todo México. Esta pelea es por mi gente, por los que sueñan como yo”.

Armando Reséndiz peleará el próximo 31 de mayo en Las Vegas contra Caleb Plant, buscando escribir una nueva página en la historia del boxeo mexicano. Desde su rincón más íntimo, con Dios, su familia y sus recuerdos en la esquina, está listo para dar la pelea de su vida.

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