Cada vez más personas son conscientes de la importancia de una buena decoración en casa. No se trata solo de estética o de la imagen que proyectamos, sino también de crear un espacio cómodo, funcional y bien distribuido, donde apetezca estar.
Anna Brotons, interiorista de AB Interior Design, ha liderado la transformación de un local en desuso en un hogar acogedor para una joven pareja. A pesar de su distribución diáfana y sus impresionantes techos de tres metros de altura, la vivienda contaba con solo 85 metros cuadrados, lo que planteó un auténtico desafío: aprovechar cada rincón al máximo.
Como resultado final, el local se ha convertido en una casa de ensueño en la que, la interiorista, ha convertido a la cocina en el corazón de la vivienda. De concepto abierto, conectada al salón y al comedor, es el punto clave de conexión de espacios y donde la pareja, además, hace mucha vida, ¡y se ha aprovechado al máximo la luz natural! Te enseñamos cómo ha quedado.
Una cocina pequeña pero funcional
Los clientes no tenían duda de lo que querían sí o sí en su nuevo hogar: una cocina abierta. Si además de eso, le sumas que esté conectada al salón y al comedor y que aprovechase al máximo la luz natural, eran requisitos que suponían todo un reto que la interiorista ha sabido solventar con éxito. «Optamos por poner la zona de cocción en la parte trasera, de manera que la mayor superficie de trabajo y el fregadero quedaron de cara al resto de la sala», explica la Anna Brotons. Y es que, con una estética de líneas depuradas, rectas y estilo moderno, esta cocina inspira estilo y confort.
En cuanto a los materiales, al ser una cocina abierta, preferimos integrarla en el espacio, jugando con los tonos grises cálidos y la madera del resto de la vivienda. La encimera escogida tiene unas vetas muy finas con tonos grises y miel que combinan a la perfección. Se trata de un porcelánico gris que imita al microcemento.
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Al ser de concepto abierto, se buscó una solución para conectar la cocina con el salón sin eliminar una estructura que dividía los espacios: «La mayor dificultad fue un pilar que condicionaba las dimensiones interiores de la cocina y toda su distribución. Optamos por dejar los volúmenes en columna como la nevera integrable y el horno-microondas más escondidos en el pasillo que este generaba y aprovechar el pilar para crear una librería que sirve de antesala a la cocina«, explica la interiorista.
Ahora queda a modo escaparate y a la vista a medida que se avanza por el pasillo recibidor, pero que, en cierto modo, agrega intimidad al interior de la cocina. Además, es multifunción, ya que los propietarios pueden utilizarla como mueble desayunador, vinoteca y también permite colocar elementos decorativos.
Con una óptica diferente: viendo el salón y comedor desde la cocina
La pensada ubicación y tipología de cada punto de luz también fue crucial para poder cocinar cómodamente, pero a su vez gozar de una luz más tenue para aquellos momentos más relajados. Una luz natural que accede a través del salón, haciendo que la zona de día quede armonizada y equilibrada por la misma luz de ambiente.
Los estantes decorativos y los remates en rechapado de roble, consiguen conectar la cocina al salón, no solo por tener un concepto abierto, sino también en estética y estilo, consiguiendo que a pesar de tratarse de ambientes distintos, parezcan uno solo. El salón, sigue una atmósfera cálida, pero relajada, con tonalidades que potencian la luz. ¡Una maravilla de espacio!
4 IDEAS DE COCINAS CON VENTANAS AL SALÓN
1. Ventanas abatibles
Las paredes de cristal con cuarterones metálicos o de madera son uno de los recursos favoritos de las interioristas de El Mueble para separar parcialmente el salón de la cocina. Pero, hoy os traemos una idea mejor. Se trata de reservar uno o varios de esos cuarterones para que sea una ventana que se abre cuando es necesario. De esta forma tienes todas las ventajas tanto de una cocina independiente como de una abierta. Además, este tipo de cerramientos dejan pasar la luz y son idóneos para pisos pequeños.
2. Cerramiento de cristal para dejar pasar la luz
Como ya hemos comentado en el ejemplo anterior, las paredes de cristal son perfectas para conectar espacios y dejar que la luz fluya entre ellos. Además, si se trata de estancias pequeñas y estrechas es una buena forma de ampliar la sensación de espacio. En este caso, además, el cerramiento tiene un alto poder decorativo, y es que al estar situado sobre el sofá funciona casi como un cuadro. ¡Eso sí, asegúrate de mantener siempre los espacios en orden!
3. Una gran pared de cristal
Si lo que buscas es una idea ingeniosa pero discreta de conectar tu cocina y salón, esta solución es para ti. Resulta la más moderna, minimalista y sencilla. Esta pared de cristal con marco de madera pasa casi inadvertida y permite cocinar sin miedo a que los olores lleguen a las zonas comunes.
4. Una península cerrada (cuando es necesario)
Esta cocina está repleta de ideas originales y a medida para cumplir con todos los deseos de sus propietarios. Por un lado, está completamente a la vista – que no abierta – ya que tres de las cuatro paredes tienen cerramientos de cristal. No se trata de una cocina abierta, ya que se puede cerrar por completo, pero tiene una abertura en la que sería una península que abre la cocina a una barra de desayuno o picoteo situada en el salón.
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