El rechazo del presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, a un acuerdo propuesto por Estados Unidos que buscaba el control del 50% de los minerales de tierras raras de Ucrania desató nuevas tensiones diplomáticas. La negativa de Zelensky responde a la ausencia de garantías claras para la seguridad y estabilidad de su país, según declaró durante la Conferencia de Seguridad de Múnich. «El acuerdo no está listo para protegernos a nosotros ni a nuestros intereses», afirmó el mandatario, aludiendo a las limitaciones del borrador presentado por Washington.
Dicha propuesta, impulsada por el secretario del Tesoro, Scott Bessent, buscaba compensar la ayuda militar y financiera previa otorgada por Estados Unidos a Ucrania. Sin embargo, según fuentes citadas por CNN, el acuerdo no incluía compromisos firmes de apoyo futuro, lo que generó preocupación en Kiev. El documento detallaba más de una docena de páginas sobre los recursos estratégicos involucrados, incluyendo la minería de tierras raras, clave para la reconstrucción económica de Ucrania tras la guerra.
La respuesta de la administración Trump no tardó en llegar. El asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, expresó el descontento del expresidente ante la negativa ucraniana. «El presidente Trump está obviamente muy frustrado en este momento con el presidente Zelensky«, declaró Waltz, añadiendo que espera que Kiev reconsidere su postura y firme el acuerdo.
Este conflicto se desarrolla en un contexto de cambio en la política exterior estadounidense hacia Ucrania, marcado por la influencia de Trump en las negociaciones internacionales. Según reportes de CNN, Estados Unidos buscó suavizar el lenguaje en una declaración conjunta del G7, omitiendo referencias directas a la «agresión rusa«, lo que generó preocupación entre sus aliados.
Thom Tillis, senador republicano, criticó abiertamente la postura de Trump hacia Rusia, calificando al presidente Vladimir Putin como «la mayor amenaza a la democracia en mi vida». En declaraciones recientes, Tillis instó a los líderes estadounidenses a no ceder terreno ante Moscú y a mantener su respaldo a Ucrania.
En Kiev, la propuesta estadounidense fue percibida como un intento de aprovechar la vulnerabilidad del país en medio del conflicto con Rusia. Zelensky insistió en que los recursos estratégicos son esenciales para la recuperación económica y la independencia futura de Ucrania. Cederlos sin garantías podría debilitar aún más su posición frente a Moscú.
Las agencias de inteligencia occidentales también mostraron escepticismo respecto a las intenciones de Putin de poner fin al conflicto. «No hemos visto ningún indicio de que sus ambiciones hayan cambiado», señaló una fuente citada por CNN, destacando el riesgo de que un alto el fuego sea utilizado por Rusia para rearmarse.
Sasha Dovzhyk, director del Instituto de Documentación e Intercambio, expresó la frustración ucraniana frente al cambio de postura estadounidense. «Los ucranianos sienten que son los únicos adultos que quedan en la sala«, afirmó en declaraciones a CNN, aludiendo a la sensación de aislamiento de Kiev ante la creciente presión internacional.
El debate sobre el acuerdo de minerales reavivó las críticas al enfoque transaccional de Trump en política exterior. Según analistas, la propuesta refleja una visión centrada en beneficios económicos inmediatos, en lugar de priorizar principios democráticos o alianzas estratégicas.
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