Durante el acto en conmemoración por el Día de la Bandera celebrado en el capitalino Campo Marte, la mandataria aseguró que antes los gobiernos se arrodillaban frente a administraciones extranjeras o “miraban fuera como ejemplos a seguir”.
“Ahora no. Desde que llegó la transformación al gobierno (en 2018) es claro que reivindicamos que a México se le respeta, que no somos colonia ni protectorado de ningún país”, advirtió la dignataria, quien resaltó la unidad entre el Ejecutivo, las fuerzas armadas y el pueblo de la nación.
El discurso de la mandataria ocurre en un momento marcado por amenazas de Estados Unidos en materia comercial y migratoria, y la designación por parte de Washington de seis cárteles como organizaciones terroristas, lo cual puede ser a juicio de especialistas un pretexto para la injerencia en el país.
Sheinbaum señaló que la iniciativa enviada por ella en días recientes al Legislativo establece que el pueblo de México, bajo ninguna circunstancia, aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero que sea lesivo de la integridad, independencia y soberanía.
Entre estos, mencionó golpes de estado, injerencias en elecciones o la violación del territorio mexicano, sea por tierra, agua, mar o espacio aéreo.
“Tampoco consentirá intervención en investigación y persecución alguna sin la autorización y colaboración expresa del estado mexicano en el marco de las leyes aplicables”, sostuvo.
Agregó que a cualquier extranjero que realice actividades al margen de la ley vinculadas con los párrafos anteriormente mencionados se le impondrá la pena más severa posible y la medida cautelar de prisión preventiva oficiosa.
En otra parte de su intervención, la jefa del Ejecutivo catalogó a la bandera como un símbolo de las cuatro transformaciones históricas consideradas emblemáticas en México, así como de los migrantes, la independencia y del pueblo en su lucha incansable por la justicia.
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