“Nunca quise ser intérprete. Solo quería escribir”, reconoció Gracie Abrams (Los Ángeles, 25 años) el pasado agosto en una entrevista para The Times. La realidad es que esta joven estadounidense, que ha conquistado a millones de seguidores en todo el mundo, se ha convertido en una de las sensaciones pop del momento gracias a las sentidas canciones que ha compuesto durante su breve carrera musical. Parte de este salto a la fama se lo debe al poder de las redes sociales y al algoritmo, capaces de descubrir nuevos talentos a golpe de clic; pero también le debe mucho a su mentora y amiga, Taylor Swift, quien le dio el escaparate público con el que todo artista emergente sueña: ser telonera de la gira más exitosa de la historia, The Eras Tour.
Su carrera se ha ido cocinando a fuego lento hasta que sus canciones se han viralizado en plataformas como TikTok. Además, es hija del productor y director J.J. Abrams, que ha trabajado en Perdidos (2004), y entregas de Star Wars y Star Trek (2009), y de Katie McGrath, también productora de cine y de televisión. Ella reniega de la etiqueta de nepobaby y quiere que se le conozca únicamente por su trabajo y no por quiénes son sus padres. “No me interesaba en absoluto que me asociaran con nada de lo que hacía mi padre”, afirmó en la citada entrevista con el medio británico. Y cuando parecía que lo estaba consiguiendo, el pasado verano su relación con uno de los actores del momento Paul Mescal pasó a ocupar los titulares de medio mundo e inmediatamente le pusieron otra etiqueta, la de novia de.
En apenas unos meses, Abrams ha pasado de llenar salas pequeñas, con un ambiente íntimo y con seguidores fieles, a cantar ante miles de personas en grandes estadios como parte de The Eras Tour. Un cambio que no ha sido fácil, pues tuvo que aprender a tolerar la presencia abrumadora de las masas y enfrentarse a sus miedos. Ahora inicia su gira europea y lo hace, precisamente, en Madrid. El 8 y 9 de febrero se subirá al escenario del Palacio Vistalegre, con todas las entradas vendidas desde hace meses. Su llegada a la capital la ha acompañado de una apertura de una pop up inmersiva en pleno centro para delicia de sus seguidores.
Su intención no era convertirse en cantante, pero su pasión por la escritura le ha llevado a este punto en el que acumula más de 51 millones de oyentes mensuales en Spotify y 4,6 millones de seguidores en Instagram. “Mi maestra de tercer grado, Amy, nos animó a escribir un diario y nos regaló unos pequeños y frágiles cuadernos de bolsillo. No leía lo que escribíamos, pero comprobaba las fechas para ver si lo hacíamos de manera constante. Esto me hizo escribir en general y descubrí que era mi forma favorita de pasar el tiempo. Prefería expresarme allí en lugar de hacerlo cara a cara con otra persona”, explicó en una entrevista para la edición estadounidense de Vogue en junio de 2024. Esta pasión derivó, gracias a un piano que tenía en su casa, a que comenzase a componer. “Siempre dejaba de escribir cuando escuchaba pasos, porque no era para nadie más que para mí”, puntualiza. Su madre ha sido su ejemplo y su inspiración desde niña, tal y como afirmó en una entrevista para Glamour: “La admiro de todo corazón. A medida que fui creciendo, solo quería ser cada vez más como ella. Ver su valentía en estos espacios es algo que inevitablemente me ha guiado como mujer”. Ahora sus canciones, las que no dejaba ver ni siquiera a su familia, forman parte de la vida de sus fans: “La música ya no se trata de mí, lo cual es un gran alivio. Se trata de ellos y eso es lo que me hizo enamorarme de la actuación”.
Fue hace cinco años cuando entendió que era el momento de lanzar su música. Mean It, que acumula más de 44 millones de reproducciones, se convirtió en el primer sencillo de una desconocida artista que ya apuntaba maneras y que iba mostrando pequeñas píldoras en sus redes sociales. Un melancólico debut en el que contaba la historia de una relación que se desvanece con el tiempo y que sirvió para convertir sus vivencias en canciones. “Cuando pensé en lanzar música por primera vez, no tenía nada muy claro más allá de que sabía que amaba escribir y que ese era mi don”, reconocía en Vogue. Y pese a la exposición pública a la que se ha enfrentado en este último año, sigue abriendo su corazón y exponiendo sus sentimientos porque si no sería “censura”.
La estética cutie —con los lazos y los tonos pastel como protagonistas—, su guitarra como compañera de viaje, el corte de pelo bob característico y su sinceridad desgarradora conforman la combinación perfecta para generar un clima de inusual calidez, de cercanía y de naturalidad. Ella misma se define como una persona “sensible” que ha encontrado en sus conciertos la vía de escape perfecta: “Se han convertido en una terapia de exposición, y no solo en lo que respecta al miedo escénico. Siento que capto mucho cómo se sienten los demás. Cuando estoy nerviosa por actuar o he tenido un día de mierda y no tengo ganas de subir al escenario, la reacción más inesperada es que ahora eso recarga mi batería social”, subraya en Vogue.
Antes de su meteórico reconocimiento —impulsado por las canciones de su último disco The Secret of Us (2024) que se viralizaron en redes sociales—, Abrams también fue telonera en 2022 de otra de las artistas emergentes del momento: Olivia Rodrigo. Poco a poco, su legión de seguidores fue creciendo y se afianzó como una de las artistas a las que seguir la pista. Algo que vendría a confirmar tiempo después Taylor Swift. Más allá de su presencia en algunos conciertos de la gira en Estados Unidos y Canadá, la intérprete de Karma se ha convertido en una de sus grandes amigas y confidentes. “Cuando la conocí, sentí como si ya nos conociéramos. He crecido con su voz en mis auriculares”, expuso en The Times al mismo tiempo que la describía como “un lugar seguro al que acudir” cada vez que ha tenido preguntas sobre su trabajo.
Su relación profesional se afianzaría de manera casual en una cena, que terminaría con ambas componiendo una canción de madrugada: Us. “Hicimos algo que a las dos nos encanta y totalmente espontáneo. No fue algo planeado, lo cual es genial”, describió en Vogue. Esta canción es un voto de confianza de Swift hacia Abrams: rara vez participa en proyectos de otros artistas y estas colaboraciones suelen ser junto a personas muy cercanas a ella. La realidad es que el experimento no pudo salir mejor: el tema fue nominado en los premios Grammy 2025 en la categoría de mejor interpretación de pop de dúo o grupo.
En el último de sus discos se puede observar una evolución clara en el sonido y la forma de composición —”este álbum es el más extrovertido y el más seguro“—. Pero este éxito inesperado también le ha llevado a perder parte de la intimidad de la que había disfrutado: “Siento que ir a lugares es cada vez menos discreto. Me estoy adaptando un poco. Pero, ¿qué se puede hacer? Es una verdadera bendición que la gente reconozca lo que tanto me gusta hacer”, expuso en The Times.
Fue el pasado agosto cuando comenzó a ser perseguida por los paparazis después de que se hiciese pública la relación que mantenía con el actor Paul Mescal (Normal People, Gladiator 2). Ellos prefieren llevar su historia con total discreción: evitan la exposición en redes sociales, apenas se dejan ver en público y ninguno de los dos habla públicamente del tema. Tanto es así que hay medios que especulan con una posible ruptura, cuando ellos ni siquiera han hecho oficial el noviazgo. Abrams protagoniza la portada de la revista Cosmopolitan del especial San Valentín, donde ha hablado abiertamente del amor y de sus anteriores relaciones, aunque sin mención alguna al intérprete irlandés. “Lo que me encanta de una relación sana es que tu vida no cambia radicalmente. Simplemente, encajas el uno en el otro de una manera que se siente positivamente desafiante y profundamente solidaria”. Y añade: “No hay nada mejor que estar con alguien con quien no estás fingiendo. Prefiero estar soltera el resto de mi vida que sentirme incómoda en una relación”.
Y no, no solo ha conquistado a millones de seguidores. Abrams acaba de convertirse en nueva embajadora de Chanel. Sofia Coppola, directora de la campaña primavera-verano 2025 de la maison, ha querido retratarla como una “heroína de película” evocando a las icónicas protagonistas de sus cintas. La cineasta destacó de la cantante que encarna a la mujer Chanel moderna: talentosa, elegante y auténtica. Semanas después de hacerse oficial esta unión entre moda y música, la cantante ya lució un espectacular diseño en la alfombra roja de los premios Grammy. Lo tiene todo para triunfar, pero solo el tiempo dirá si sabe mantener el interés de un público ahora enloquecido por todo lo que le rodea.
Fuente: Noticia original