Ocurrió en 2017 con la película ‘Crudo’, ópera prima de la directora francesa Julia Ducournau
No es la primera película ni será la última cuyas dosis de violencia y crudeza acaban provocando reacciones físicas en algunos espectadores, pero no es muy habitual que el propio cine se adelante a los acontecimientos para entregar a los espectadores bolsas para vómito antes de una proyección. Sin embargo, eso es exactamente lo que pasó en 2017 con la película Crudo (Raw), ópera prima de la directora francesa Julia Ducournau.
La película de terror de Ducournau llegó a las salas de cine tras su previo paso por festivales, lo que ya había alertado de su naturaleza sangrienta. Presentada en el Festival de Cine de Cannes, Crudo había ganado el premio FIPRESCI que entrega la prensa cinematográfica en el certamen, pero en su paso por el Festival del Cine de Toronto varios espectadores tuvieron que ser atendidos por ambulancias por haberse mareado durante el visionado.
La historia que relata Crudo es la de Justine (Garance Marillier), una joven de 16 años que pertenece a una familia de veterinarios que son todos vegetarianos, lo que la ha llevado a no plantearse nunca qué quiere hacer con su vida. El siguiente paso lógico para ella es estudiar veterinaria, donde no tarda en conocer a una amiga, Alexia, que la obliga a probar los órganos de un animal como parte de una novatada. Sin embargo, esto tiene consecuencias inesperadas para Justine, quien comienza a desarrollar poco a poco un hambre incontrolable de carne y sangre humana.
Según informaron varios medios en su momento como THR, cuando la película se estrenó en salas el cine Nuart Theatre de Los Ángeles ofreció ofrece bolsas de vómito hechas a medida a los clientes antes de que comenzase la película. Durante el reparto de las bolsas, el acomodador explicaba a los espectadores que, debido a la sangre gráfica de la película, varios espectadores se habían desmayado y vomitado en anteriores proyecciones.
A pesar de su naturaleza perturbadora, Crudo recibió excelentes críticas y tiene una puntuación prácticamente perfecta, un 93%, en Rotten Tomatoes.
«Podríamos hablar de Crudo como de una película de monstruos en la que el monstruo es esencialmente humano», firmó Violeta Kovacsics en su crítica para SensaCine. «La película procura instalar lo fantástico en el terreno de lo real. Ducournau filma la transformación de manera directa, pegada al cuerpo de la protagonista, a su apetito, a los deseos que no puede reprimir. Su retrato de la violencia resulta frontal, privilegiando así la faceta más orgánica de un cuerpo que es carne y es fluidos».
Fuente: Noticia original