Por Héctor González
“Esta tal vez sea la exposición más exhaustiva sobre mi trabajo”, reconoce Gabriel Orozco (Xalapa, 1962), al referirse a Politécnico Nacional, la muestra que recién se inauguró en el Museo Jumex.
El montaje reúne más de 300 piezas de quien es considerado el artista contemporáneo más importante de México. Bajo la curaduría de la Briony Fer, el recorrido permite revisar esculturas, instalaciones, fotografía, diseño, pintura y ensamblaje, incluyendo algunas de las piezas más controvertidas del artista veracruzano.
“Siempre he visto mi trabajo como un juego”, afirma Orozco durante una entrevista a la que se suma otro invitado de lujo, el artista y curador Guillermo Santamarina a quien conoce desde 1988.
AN: Has descrito esta exposición como un viaje, ¿qué tipo de viaje es?
Gabriel Orozco: Podría ser un viaje al centro de la Tierra, se me acaba de ocurrir eso, ya ves que está divida por estratos. Además, la secuencia va del tercer piso al segundo, luego esta el primero y hasta bajo la composta que es el sótano. Muchas veces a un museo tienes que pensarlo como un paisaje. Mejor dicho, diría que es un paseo, aunque claro, tiene algo de ciencia ficción, entonces de repente puedes pensar que es un viaje a diferentes atmósferas o a diferentes culturas tal vez. Hace poco hice una exposición en Nueva York con todo lo que tenía en las bodegas de la galería de Marian Goodman y le llamé Espacio-Tiempo. Duró cinco años y era un lugar chiquitito, pero ahí ponía y quitaba cosas cosas, pasaba el tiempo y sí, actuaba como galería, pero había muchas obras que eran mías y no estaban a la venta. Creo que Politécnico Nacional tiene algo de eso, es como un viaje en el espacio del tiempo: estás en un espacio físico muy determinado, con varios estratos hasta llegar al infierno o a la composta o como quieras llamarlo. Hay cosas de hace muchos años, relecturas de otras. Me acaban de mandar un mensaje de un artista joven que nunca había visto mi obra en vivo, supongo que le puede ser un viaje interesante.
AN: ¿Cuándo ves las piezas más antiguas, sobre todo, te trasladas al momento en que las creaste?
GO: Sí, tengo buena memoria, la verdad.
Guillermo Santamarina: Gabriel tiene una memoria impresionante. Guarda cosas tan pequeñitas, un recortito, y se acuerda perfectamente de dónde lo tomó
GO: El “tin larín” también tiene buena memoria porque me ha acompañado en varias ocasiones, me acuerdo de mucha obra que no está aquí.
GS: Hay muchas obras que no están. Yo tengo buena memoria, pero muchísimas de las obras que están aquí no tengo idea de cuándo pasó. Tienes obra que no está ni en libros ni en catálogos. está en libros.
GO: Sí, no todo está documentado.
GS: Y hay cosas sorprendentes.
GO: ¿Cómo cuál?
GS: Hay una serie de pinturas en papel muy pequeñas que se llaman Bond, esas nunca las había visto. Son una preciosidad.
GO: Es que nunca las mostré aquí, pero sí en Francia.
GS: Al lado hay otras dos pinturas que van sobre la misma idea, pero sobre tela.
GO: Es lino, agarré el tubo de pintura, lo exprimí, doblé la tela, o sea, no tiene bastidores, y con una espátula le pasé por atrás. Entonces la fui doblando, desdoblando, doblando, desdoblando. Y eso genera una cosa de simetría, porque la simetría siempre me ha interesado mucho. La simetría es una cosa muy extraña, normalmente se dice que una mala pintura o un mal trabajo es el que es simétrico. La simetría, en efecto, puede ser muy aburrida, porque es estática. Pero curiosamente nuestros cuerpos son simétricos relativamente, y en el momento en que empiezas a moverte necesitas cierta simetría para ir de un paso a otro. Por eso la ballena que está aquí es simétrica, o los cuerpos, incluso el coche Citroën. La simetría orgánica es una manera de expresar el desplazamiento posible en tiempo y espacio de un cuerpo.
AN: ¿Sigues viendo tu trabajo como juego?
GO: Siempre lo he visto como un juego, pero no en el sentido estúpido la palabra. Me encanta el ajedrez, es un juego, pero no solo eso, es más. Sucede lo mismo con el futbol, por más que sea un juego o un deporte, es mucho más, tiene implicaciones sociales, políticas, históricas.
GS: Ambos juegos son fundamentales para el proceso artístico de Gabriel.
Guillermo, ¿cómo has percibido el desarrollado de la obra de Gabriel?
GS: Siempre me ha fascinado lo que hace. Me sorprende continuamente ver a dónde llega, cómo utiliza la materia. La forma en que logra significados con un gesto mínimo. La verdad es que siempre fue así, desde que lo conocí en 1988 ya tenía una gran capacidad para transformar la materia.
AN: Recuerdo que en tu libro Materia escrita detallas mucho tu relación la materia, ¿eso se sigue manteniendo?
GO: Sí, ese libro es una recopilación de las cosas que escribo en mis cuadernos de trabajo. Me gusta escribir de lo que estoy investigando, listas de cosas, de lo que leo. Todavía uso cuadernos. Es verdad que entre mi primer cuaderno y el último mi vida ha cambiado, pero en realidad trato de adaptarme. Al final creo que sigo siendo el mismo en ese sentido, pero por otro lado creo que era importante para mí y traté de asumirlo con mucha conciencia, de que tanto yo como la vida, van cambiando. Uno crece y las situaciones de los países son distintas, hay evolución o involución económica, pero uno tiene más o menos, que seguir ciertos principios de conducta que hacen disfrutable el día a día. disfrutes tu día a día. O sea, no esclavizarte con tu propio éxito. Y creo que así tengo mis relaciones con mis amigos y familia. Son relaciones que siguen siendo creativas y muy conscientes de las diferentes realidades y evoluciones. Por eso mantengo esos cuadernos. Intento más o menos enfocarme y que el cerebro constantemente esté comprendiendo lo que está pasando.
GS: Esas notas son muy importante en su trabajo, de modo que las reflexiones son producto de su evolución. esas reflexiones también son evoluciones.
AN: ¿Trabajas todos los días?
GO: Sí, soy muy trabajador. Hasta cuando juego estoy trabajando. Es que me divierte, la verdad. Mi papá también era muy disciplinado, estaba todo el día pintando, pero de repente me daba cuenta de que los pintores a veces eran como moscas contra el vidrio. El problema de algunos artistas es que, de pronto se pueden sentir muy bien trabajando en algo y eso los aísla un poquito de la realidad. No moverte de tu zona de confort puede ocasionar que te pierdas de ciertas visiones y de comprender otras opiniones. Yo crecí en el mundo de la izquierda y en el mundo del arte. Vi a muchos artistas y políticos subir y bajar, ir de un lado al otro. Pero si te fanatizas o dejas de entender cómo evolucionan las circunstancias, tu pensamiento puede dejar de ser fértil.
AN: ¿La provocación per se te sigue interesando?
GO: Como me gusta jugar y soy bromista, de repente sí hago bromas que a algunos no les caen bien. Igual pasa con el arte, hay ciertas ironías que a lo mejor la gente puede sentir como una provocación, pero yo no me siento un provocador en sí.
GS: Más que provocar te gusta generar sorpresa y cautivar. Eres muy curioso y lo que te causa sorpresa es materia para tu trabajo, por eso todo el tiempo estás observando.
GO: Lo que más me gusta es sorprenderme. La caja de zapatos lo platiqué con mis cuates y de repente uno me dijo “vas cabrón”. Es como en un equipo de futbol, de pronto se te ocurre una jugada en el vestidor y la platicas con tu amigo o el extremo izquierdo y pasa.
AN: No me digas que con la caja de zapatos no sabías que no ibas a provocar.
GO: Es que era mi primera Bienal de Venecia y estaba también el riesgo de pasar desapercibido. Durante primera exposición en el MoMa les pedí a los vecinos que colocaran naranjas en una ventana. Insisto, podía haber pasado desapercibido y listo, de regreso a tu casa. Miles de artistas han tenido su primera oportunidad, su primera vez. Es como una salida o apertura en ajedrez, planeas estrategia, pero el otro también puede plantear una defensa y se te puede echar a perder la partida. Hay que tomar riesgos, pero lo más importante es divertirse en el sentido inteligente de la palabra no nada más para entretenerse o por puro hedonismo. Yo no me considero una persona polémica. No me ves peleándome en mesas redondas o haciendo declaraciones controvertidas, lo que puede ser polémico es mi trabajo y eso porque plantea dudas o preguntas, o genera lo que dice Guillermo, sorpresa.
AN: En tus cuadernos también has escrito que el arte y la vida no son lo mismo, aunque a veces se confunden. ¿En tú caso cómo los separas?
GO: Una cosa es la vida y otra la existencia. La existencia muchas veces está definida por tus encuentros con el arte, o sea, el hecho de existir en este mundo. La vida orgánica como tal es una cosa, los objetos inanimados son otra. Cuando un ser en su existir en el mundo material está disfrutando la gran oportunidad de vivir, o sea, de la vida, el arte sin duda resulta de gran ayuda. El arte es un instrumento, es el resultado de un trabajo bien hecho. Y por eso funciona. El arte es un instrumento de vida para entender tu mundo.
AN: ¿Qué te dejó la experiencia del Proyecto Chapultepec?
GO: Quedé muy tranquilo, porque al final se consiguió lo que creímos que podíamos hacer. Ahora toca que se continúe como obra de arte o como espacio público, es decir, hay que trabajarlo.
Fuente: Noticia original