La presentación ayer de la programación del Museo de Bellas Artes de Sevilla frente al lienzo «Las Cigarreras» de Gonzalo Bilbao no fue algo casual. Este año se conmemora el 150 aniversario de la ópera «Carmen» de Georges Bizet y la pinacoteca no va a pasar por alto esta efeméride. Con esta obra el pintor costumbrista rinde homenaje a las cigarreras sevillanas, cuya figura fue idealizada a lo largo del siglo XIX a través de la literatura y la ópera. Bilbao las capta en una instantánea de su trabajo cotidiano. De hecho, en primer término figura una madre que amamanta a su hijo ante la atenta mirada de sus compañeras. Una emotiva escena que contrasta con la dureza del trabajo de estas obreras. En colaboración con el Teatro de la Maestranza, el museo potenciará la conexión entre la lírica y la pintura con diversas actividades, como la titulada «Charlas con música en el museo», recorridos por los escenarios de la ópera o la propuesta «Musicalmente visual», por la que se invitará a los visitantes a conocer y reaccionar creativamente ante ambas manifestaciones artísticas.
Es uno de los principales alicientes de una programación que, en palabras de la consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, «se sustenta en la investigación y conservación de las colecciones, la difusión del conocimiento, que es el más valioso instrumento para tender puentes entre el museo y la comunidad a la que sirve, y una variada programación educativa con un marcado acento de inclusión social».
Otro de los grandes atractivos será la exposición «Arte y misericordia. Hermandad de la Santa Caridad», desde junio hasta la primavera de 2026. La muestra reunirá una selección de las grandes obras maestras procedentes de la iglesia del Hospital de la Santa Caridad, entre las que sobresalen las firmadas por Murillo, Valdés Leal y Pedro Roldán. Se trata de la primera vez que estas obras salen de su emplazamiento original. Un programa iconográfico diseñado por Miguel de Mañara en el que participaron los mejores pintores del momento y que supone uno de los principales exponentes del barroco sevillano.
A la actual exposición abierta, titulada «Del Greco a Zuloaga. Obras maestras del arte español del Museo de Bellas Artes de Bilbao», le seguirá «Leygonier, el primero de los fotógrafos sevillanos», que sacará a la luz el trabajo del más precoz de la enorme lista de fotógrafos profesionales sevillanos del siglo XIX. Leygonier firmó las primeras imágenes que los viajeros pudieron adquirir, así como los más primitivos calotipos que se pueden contemplar de la capital hispalense.
«Los Bécquer, una saga de pintores» abordará a partir de noviembre la producción de una de las familias artistas más importantes de la Sevilla romántica. Dividida en tres secciones, la primera estará dedicada a José Bécquer, cuyas litografías difundieron por toda Europa los tipos andaluces y sus costumbres; la segunda dará cabida a la obra de su primo y discípulo Joaquín Domínguez Bécquer, quien fijó y perfeccionó una pintura de costumbres caracterizada por una cierta idealización de lo popular; y la tercera incluirá a los hermanos Valeriano, excelente pintor aunque de producción corta debido a su temprana muerte, y Gustavo Adolfo Bécquer, poeta y también dibujante.
También durante este año se celebrarán exposiciones monográficas ligadas a otras conmemoraciones, tales como «Luis Tristán en las colecciones del Museo de Bellas Artes de Sevilla», del 4 de febrero al 27 de abril. Con motivo del cuarto centenario del fallecimiento del pintor, se exhibirán las cinco obras de su autoría procedentes de las colecciones de la pinacoteca, incluida la Inmaculada recién restaurada.
Asimismo, en la muestra «Tres artistas conmemorados» –del 28 de febrero al 4 de mayo– se expondrán obras de Diego López, Francisco González Santos y Manuel Villalobos que no se encuentran expuestas al público de modo habitual, incluso alguna es del todo inédita en sala. Además, fruto de la colaboración entre museos, del 11 de marzo al 11 de mayo recalará en el Bellas Artes, dentro del programa «La obra invitada», un valioso préstamo de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza, «Interior al aire libre» (1892) del pintor catalán Ramón Casas.
Fuente: Noticia original