El arte contemporáneo sorprende al público del Museo Arqueológico Nacional con la nueva exposición del mallorquín Bernardí Roig, que ayer inauguró las seis obras que componen Caps [y] Bous. El tercer cuerno. El artista consiguió lo que quería, crear «una incertidumbre o una perplejidad, eso es un motor fabuloso que pone en marcha preguntas». Los espectadores podrán contemplar esta «anomalía dentro del campo visual», en palabras del escultor, hasta el 25 de mayo en Madrid. La muestra, inspirada en los Bous de Costitx, propone una mirada poliédrica de la colección del importante museo en un juego pasado-presente y «reflexiona sobre conceptos como la memoria, el tiempo o la identidad», tal como explicó el Govern, que presentó la exposición en el marco de Fitur «para situar Balears como destino cultural de alto valor».
El artista, Bernardí Roig (6d), posa con las autoridades de Balears. | @MANARQUEOLOGICO
La presidenta del Ejecutivo, Marga Prohens, que inauguró el acto, afirmó que «en la propuesta de Bernardí Roig se encuentran nuestro arte contemporáneo más vanguardista con el de nuestra cultura talayótica y quienes visiten esta obra se aproximarán, a través de las seis piezas que conforman la exposición, a un reflejo de lo que podemos ofrecer culturalmente en Balears». El objetivo es que la oferta cultural sea «una seña de identidad» y, según la responsable política, desde el Govern y el resto de instituciones trabajan «para hacer de las islas la vanguardia cultural del Mediterráneo».
Con este proyecto originario de Mallorca, el Museo Arqueológico Nacional ha iniciado el programa de exposiciones temporales de 2025, en el que convive con el arte contemporáneo. Sus visitantes verán en la obra que da título a la exposición «una imponente torre de luz que dialoga con el monumento funerario ibérico de Pozo Moro. En el interior contiene una escultura de una cabeza de toro, del que destaca un tercer cuerno dorado». En otro de los patios del recinto expositivo «se erige Aníbal J., una cabeza de bronce con una prominente nariz dorada»; y «en el Jardín de las Arqueólogas, Roig ha instalado una verja dorada de diez metros de longitud con una obertura intencionada», que es una puerta «para escaparse hacia dentro», como sugiere el artista, uno de los creadores españoles con más proyección internacional. n
Fuente: Noticia original
